“La justicia es tarea divina, y la injusticia una labor humana. Dos sustantivos que manifiestan la sombra psicológica de aquel que obra; en el primer caso, es puro placer; en el segundo, sublime regocijo. El uno es amor puro; el otro, odio profundo … El primero, porta verdad y da gloria; el segundo, mentira y causa dolor. Aquél, cautiva, seduce, alienta; éste, repele, corrompe, y lleva al ocaso. En fin…, ambas son sombras humanas y fuente de una misma creación; en medio, hay dos comportamientos existenciales alternativos: benevolencia y malevolencia; una elección de pura conciencia humana difícil de soslayar, cuando se elige vivir en paz”....